domingo, 27 de enero de 2008

La vista tenía una villa, pintada de blanco, los techos y marcos de las ventanas de color verde negrusco, el jardín estaba igualmente podado, y rosales de colores azules crecían alrededor, al seguir caminando, por un camino de piedra para evitar tocar la grama, había una especie de perro blanco, la sacerdotisa morena supuso que era un Lobo Siberiano, una fuente de mármol, que ha estas horas no echaba agua, y la puerta, estaba hecha de roble oscuro, con un timbre poco usual, el cual consistía en uno de esos manilas de oro, el cual tenía una serpiente, tocabas y abajo había un metal que resonaba abajo, antiguo, todo allí se veía enchapado en los años 1700-. Dentro de la casa, había un pequeño recibidor que tenía algunas pinturas como réplicas de la Coronación de Napoleón, y the starry night del esquizofrénico de Van Gogh, las paredes pintadas de blanco, en la amplía sala, dos butacas, y un sofá para cuatro personas. Todo forrado de cuero negro, una chimenea al estilo británico. Blanca, con marcos de mármol verde oscuro, una mesa, con reliquias. Un solo cuadro que una mujer de cabellos largos y amarillos, ojos azules gélidos, y pálida, sin cabida a dudas, estaba durmiendo, mientras sentada en un gran sillón rojo, de fondo la misma chimenea antes descrita – Puedo decir que tenía muy buen gusto… –Pronunció la morena, rompiendo el silencio abruptamente-. – No seré yo quien te lo niegue… incendiate… –Ordenó a la chimenea, colgando el abrigo de terciopelo negro en el perchero y dejando ver que tenía un pantalón de pinzas de gabardina opaca, y una camisa de algodón negra maga corta un poco ceñida al cuerpo, el cabello lo tenía peinado hacia atrás, y en los ojos se reflejaba el fuego, después de sentarse en el sofa, cabiendo acotar que, ella se quedó parado en su sitio, no tenía muchas ganas de moverse, lo miró-. ¿Entonces? “¿una copa?” pregunto el joven de cabellos castaños y ojivioleta a la sacerdotisa de ojos azules . La sangre burbujeaba . El salon era lujoso “si por favor , ando con dolor de cabeza “ dijo sentandose en el sillon de terciopelo rojo. Se la bebio de un trago “bien , tengo una noticia , una mala y otra buena “ “ todas tus noticias son malas Menes “ tercio la morena abrandose a si misma “no tan malas como las de Keops “ se sirvio una copa , de te frio En ese momento entro corriendo una pequeña de ojos verdes y cabellos castaños . A su lado iba la otra ojiazul, Keops, y la ojiamarilla “¡papa, mama¡” “¡QUE NO SOMOS TUS PADRES¡” gritaron hambos , sonrojados . La joven loba rio silenciosamente y la otra largo una carjada “bien hermanos “ “ tampoco eso “dijo la morena y la levanto en brazos “¿y como has estado Neferirkara?” pregunto sonriendo a pesar de que el rubor nublabla su bello rostro . La niña de un año y medio ocupaba gran parte de su tiempo como para pensar en el estupido que no se merecia todo el amor que ella le profesaba “¡muy bien¡ te tañe mucho Giza” “ si , tanto como seguro te extraña Ineb Hedy “ dijo el castaño La joven comprendió sus palabras . “no “ dijo friamente “¡escuchame ¡”uso sus poderes “¡si te niegas entonses todos y cada una de tu gente pagara .¡ no es mi culpa que te allas acostado una o dos veces con el y luego te dejara como un trapo “ La ojiazul se enpecino en no llorar . No lo logro . “mira lo siento . Nosotros nacimos para proteger el poder unico y si tu te sales entonses …. deveras tener cuidado” dijo tocandole un hombro , asiendo que una vieja herida se abriera y sangrara . Las jóvenes se llevaron a la niña . La joven se entretuvo jugando con la pequeña ojiverde , ya que la licantropa peliblanca no estaba en la casa y la rubia preferia leer o leerle ; en su mayoria cuentos tipo Agata Cristie o alguna version de Don Quijote Normalmente a la escondida , cuando no estaba de buen tiempo ; en esos tiepos ella recordaba cuando y como la encontro .... Flash Back ---------------------------------------------- La sacerdotisa caminaba enfurruñada, ni siquiera sabía donde se encontraba. Bueno… en realidad si sabía que estaba en Londres, pero no sabía donde exactamente. La verdad que ese lugar era grotesco, casas todas iguales y jardines asquerosamente bien arreglados y una tranquilidad que la ofuscaba. Viviendo con quienes vivía y como vivía, la tranquilidad era muy poco común entre ellos.No debería estar tan enojado después de todo. Las peleas con los magos eran muy comunes, pero hoy especialmente no tenía ganas de estar ni a dos metros de Menes.. Bufó enfadada y se dejó caer en unos de los bancos de ese pequeño parque. Miró hacia el cielo, era una noche hermosa y despejada. Suspiró y se revolvió su cabello negro azabache. Se cruzó de brazos y esperó unos momentos hasta que su enojo se disipara, no era muy común verlo enojado, pero es que al castaño se había pasado… sacarle en cara lo de Ineb Hedy , porque sabía que estaba perdiendo la discusión, había sido un golpe bajo. Volvió a gruñir enfadada.Normalmente estaria llorando pero sus compañeros odiaban su devilidad , odiaban su humanidad Estaba pensando en una dulce venganza en contra del ojivioleta cuando un llanto de bebé la distrajo de sus maquiavélicos planes.Parpadeó agudizando sus incrementados sentidos. El llanto era de un bebé que pedía atención. Miró alrededor, no había ninguna casa cerca, así que el llanto no podía venir de alguna de ellas, porque se oía como si viniera de dentro del parque. Sin dudar otro minuto más se levantó del banco y caminó en dirección del sonido. Llegó hasta unos matorrales bastante espesos y rebuscó entre ellos. Allí vio una canasta, el llanto de bebé venía de allí.Su corazón se encogió cuando pudo ver lo que las mantas celestes ocultaban. Era una pequeña de no más de un años, su carita estaba completamente empapada por las lágrimas. Tenía hambre sin duda y estaba sucia, por el olor que despedía. -Tan pequeñita…- murmuró con una sonrisa tonta en sus labios. Se agachó para tomarlo en brazos. Y supo que estuvo perdido en el momento en que la pequeñita hizo un puchero y escondió su cabecita en su pecho, agradeciendo su atención.-¿Que voy a hacer contigo, pequeña?Con la pequeña niña en brazos se mordió el labio inferior, era obvio que no podía dejarlo allí a su suerte. No, claro que no. Pero tampoco podía llevarlo a su casa, sabiendo muy bien que un humano no sería bien recibido entre ellos, menos si era un bebé.-Pero no puedo dejarte solita.. Si iba a cometer la locura de quedarse con esa bebé tenía muchas cosas que comprar. Dos días habían pasado y los cazadores estaba frenética. Por más que buscaron por todo los lugares posibles, no daban con el paradero de la llave.La morena frunció el ceño al sentir algo húmedo en su cara. Abrió los ojos y una sonrisa tierna se formó en sus labios.la pequeña bebé estaba sobre su cara mirándolo con esos hermosos ojos verdes esmeraldas, la humedad se debía al pequeño hilo de baba que colgaba de su boquita.-¿Ya has despertado?- susurró incorporándose en la cama que compartía con el pequeño. Su ataúd fue dejado de lado, porque allí no podía dormir junto a Neferirkara . La bebé era muy inquieta como para dormir en un lugar tan reducido.-Ssshhh…- se apresuró a silenciarla mirando alarmada a la puerta. Ella no se explicaba como en esos dos días no había sido descubierto. Ciertamente estaba recibiendo ayuda divina, porque siendo esa casa habitada por más o menos diez personas, era un milagro que no hayan descubierto su pequeño y travieso secreto. Tal vez se debía a que pensaban que élla todavía estaba enojado con el por lo de su última pelea y por eso la dejaban en paz. Que equivocados estaban… si de eso ya ni se acordaba. La castaña tomaba todo su tiempo como para estar pensando en ese idiota que no se merecía todo el amor que le profesaba.- ¿Quieres tu leche?- sonrió y acarició los cabellos- Enseguida te la preparo.Se levantó y estiró sus extremidades. Sonrió tiernamente al ver como la pequeña bateaba en busca de su oso de peluche.-Enseguida vengo.- murmuró antes de salir de la habitación.Caminó sigiloso hasta llegar a la cocina y suspiró aliviado al comprobar que estaba vacía. Claro, siendo ellos chupa sangre y hechicerosPuso el agua para que hirviera mientras sacaba la mamadera del bolsillo de su bata junto con el pequeño tarrito de leche. El agua estuvo enseguida y procedió a mezclarlo todo.-¿Que haces?Dio un respingo al oír la voz. Estaba tan concentrada que no prestó atención a que alguien se acercaba. Volteó con un visible terror en sus ojos, más se alivió al ver de quien se trataba. De todos, ella era la que menos podía sacarle en cara si llegaba a descubrir su secreto.-Nada, meiv , ¿Por qué lo preguntas?- sonrió.Vio a chica enarcar una ceja.-Porque tienes una mamadera con leche en tus manos.- dijo como si fuera lo más obvio del mundo.la morena sonrió inocentemente. -¿Cómo?- espetó el ojivioleta frunciendo el ceño.-Ya diles .- se escuchó que decía la pelliroja.-No puedes quedarte con él, lo sabes… y no voy a cambiar de parecer.- siseó el castaño con los ojos entrecerrados.-Lo que tú no quieres es que él viva con nosotros. Y no puedes decir que no puedo quedármelono tiene a nadie más que a mí. Y si me prohíben vivir con él en esta casa… me voy.-¿Serías capaz…?- preguntó incrédulo.-Si.- miró directamente a los ojos - Si me obligan a elegir me quedo con élla. Yo tengo donde vivir y con que mantenerme.. ¡¿Como se atrevía a retarlo de esa manera?! ¡El era su creación! ¡Y lo amenazaba con hacerlo de lado!-¿Puedo verlo?- preguntó el ojiazul con una sonrisa divertida y un brillo pícaro en sus ojos. Toda esa situación lo divertía sobremanera. No era muy común ver a la morena retarlo .Llegaron hasta la puerta de la habitación y una ligera alarma se prendió en el corazón de la ojiazul al ver que ésta estaba entreabierta. Sus sospechas se vieron tenebrosamente confirmadas cuando, al abrirla del todo, vio la cama vacía. Entró precipitadamente y buscó como loca ante la mirada sorprendida de los otros vampiros. Definitivamente, la pequeña no estaba.el mago caminaba enfadado buscando al mocoso. El tenía muchas cosas más divertidas que hacer en vez de andar buscando a esa . Pero el sentir la desesperación y, sobre todo, ver el terror en los ojos azules ante lo que pudiera pasarle a la niña lo hicieron tragarse sus objeciones e ir en busca del bebé.La verdad es que dudaba que estuviera allí, en el sótano, pero no estaba demás buscar en ese lugar. Se paró en el centro del lugar y agudizó la vista. Una risita y un bultito en el rincón más oscuro llamaron su atención. Caminó hasta allí y lo vio. Ahí estaba ella . la niña levantó su mirada y sus ojos se conectaron. Sin despegar su vista se agachó para tomarla en brazos. El mismo sentimiento que embargara a la sacerdotisa cuando lo cargó por primera vez se apoderó de el . No podía negarlo, esa tenía algo que te hacía enamorarte de élla a primera vista.-Eso, solo un poco más.El castaño miro interesado como la vampiresa morena estaba a punto del llanto. la bebé solo estaba dando un par de pasos y no entendía el por qué de tanto alboroto. Tal vez era porque, él al ser .... bueno , no experimentaba los sentimientos de un padre ante los primeros pasos de su bebé. Estaba carente de ese instinto. Aunque, la verdad, es que sentía algo cada vez que lo miraba a los ojos y le sonreía como solo el niño sabía hacerlo. Era… indescriptible. -Lo has logrado mi amor.- murmuró ellaestrechando a la pequeña en sus brazos.Solo una semana había transcurrido desde que se votara para que ellapudiera permanecer con ellos. -¿Keo? se mordió el labio inferior. Kero había desaparecido misteriosamente hace dos días y no había rastro de él. Ese era el juguete favorito de la ojiverde y la ojiazul estaba pensando seriamente en salir a comprarle otro si no aparecía pronto.-Aquí lo tengo.- dijo el ojivioletacon una mueca de desdén en su hermoso rostro- Lo encontré afuera, en el barro.-¡Keo!- chillo soltándose de los brazos protectores de su papi y caminó decidido hasta el.El enarcó una ceja al ver los pasitos inseguros de ella. Sintió su corazón encogerse cuando la vio caerse de cola hasta el piso. Estaba a punto de agacharse a ayudarlo, pero la expresión ceñuda y el pequeño bufidito irritado de la castaña lo detuvieron. la niña apoyó ambas manos en el piso y se impulsó para levantarse. Lo logró enseguida y volvió a caminar hasta llegar a el , esta vez sin caerse.-¡Keo! ¡Mío, Keo!- dijo extendiendo sus bracitos en dirección al peluche.sonrió y se agachó hasta quedar frente a frente al bebé.ella apoyo ambas manitos en las rodillas del mayor ya que eso de estar parado lo cansaba mucho.-Kero está sucio ahora, bebé. Hay que bañarlo y luego te lo daremos.-¿Aba? ¿Keo aba?- preguntó ceñuda.-Si.- dijo la morena quien era la única que entendía el idioma del la chica- Kero va a bañarse en el agua.-¡Hady aba con Keo!- chilló emocionada.-¿Estas lista para tu ducha?- sonrió- Vamos entonces.la morena levantó al niño en sus brazos y juntos partieron hasta el baño, donde le esperaba la ducha diaria al la más pequeña… y al extraviado Kero.

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